Sopa de cominos - Ignacio Doménech

3/05/2023



Dedicar el reto de Cooking the Chef a la cocina de la guerra y la posguerra es un verdadero acto de valentía, porque poner en la misma frase gastronomía y subsistencia se da de bruces con la realidad de un país en el que el verdadero reto era COMER (así, en mayúsculas)

Después de la guerra civil el país se vio sumido en una verdadera miseria. No es que España pasara hambre, no... es que vivió una verdadera hambruna que fue calificado así muchísimo tiempo después.

Tras haber perdido más de medio millón de personas en combate llegó la posguerra y con ella una falta total de suministros provocada por tierras y campos arrasados y el aislamiento comercial. No había alimentos para todos y el reparto era desigual ya que mientras en Valencia sobraban Naranjas, en Andalucía, aceite y lo que en unas regiones repudiaban en otras, anhelaban.....a excepción de vino que hubo en todas las regiones

Ante esta tesitura, y el temor a acaparamientos, se intervinieron los cultivos y todos los suministros y se instauró, como solución, la cartilla de racionamiento que al principio fue familiar pero que en 1943 se convirtió en individual ya que permitía un mayor control en los alimentos que se repartían.

Cartilla de racionamiento
Fuente: cronistasoficiales.com


La cosa funcionaba así: la cartilla incluía unos cupones que, previo pago de los mismos, se adjudicaba a cada ciudadano alimentos de primera necesidad (pan negro, patatas, arroz, aceite, leche en polvo, jabón y tabaco). El suministro lo controlaba la Comisaría General de Abastos que cada semana publicaba a través de la prensa la ración diaria de cada producto, el precio  y el lugar en dónde conseguirlos

Despacho de pan en 1945
Fuente: libertaddigital.com

Este reparto era realmente arbitrario y muy injusto, lo ratifica el hecho de que había cartillas de primera de segunda y de tercera categoría. Y, aunque la escasez era para todos, quienes pertenecían a un nivel social alto no tenían ningún tipo de restricción ni para cantidades ni para productos. Para el resto de población en el reparto se hacían las siguientes distinciones:
Los hombres adultos accedían al 100% de los alimentos, las mujeres y los mayores de 60 años al 80% de la ración y los menores de catorce al 60%. 

Colas para conseguir comida.
La gente llevaba sillas para esperar sentados y había colas especiales para embarazadas.
Ni siquiera los bombardeos evitaban que la gente dejara su puesto en una ella.
Fuente: La sexta.com
 

Con este panorama y porque la sociedad necesitaba sobrevivir, nació el estraperlo, un comercio ilegal paralelo en el que se podían adquirir a precios desorbitados alimentos de primera necesidad (incluso pan blanco y carne considerada como un lujo). 
La práctica de algunos de reservar parte de sus recursos para después venderlos clandestinamente, lejos de enriquecerles,  sirvió para permitirles salir adelante a ellos y a quienes acudían al mercado negro. 

La cartilla estuvo en funcionamiento hasta abril de 1952... 13 años de carencias nutricionales en las que se alimentó a millones de españoles con harina, leche en polvo, arroz o aceite. 
Hay estudios que calculan que entre 1939  y 1942 se produjeron entre 200 mil y 600 mil muertes como consecuencia de la mala alimentación, de la desnutrición e incluso de intoxicaciones debidas a productos en mal estado adquiridos en el mercado negro. No debemos olvidar que las medidas higiénicas no eran muy buenas.

En este contexto me encuentro en el libro de Doménech la Sopa de cominos.



No he comido en mi vida una sopa más triste. Es mala e insulsa (que me perdone quien tenga que perdonarme)... tanto, que no la he compartido con mi familia, he hecho una única ración que me he comido yo, mientras me lamentaba del motivo: no era un alimento digno de ser comido, ni siquiera de llamarse comida.... y sin embargo cuantos se alegrarían de poder tener al menos, eso que llevarse a la boca, puede incluso que después de varios días sin comer y de saber si tan siquiera podrían comer al día siguiente. 


Sopa de cominos.

Ingredientes (por persona)
1 Cda sopera grande de harina de trigo
1 Cdad de mantequilla fresca
1/2 Cda de comino holandés
1 ó 2  rebanadas de pan
Agua hirviendo


Preparación  

"En una cazuelita se pone la mantequilla y una vez fundida se le echa la harina se menea con una espátula o cuchara de madera poco a poco para que no forme grumos y se le añade los cominos y cuando empiecen a dorarse se le añade poco a poco el agua hirviendo sin parar de menear la sopa y la sal.

Cocer poco a poco durante unos 15 minutos y después se pasa por un colador fino y estando hirviendo se hecha en un plato sopero en donde habremos puesto antes una o dos rebanaditas de pan" 
(sic)


Tengo que reconocer que he empatizado demasiado en este reto (he soñado incluso con colas interminables para obtener comida)... me ha dejado un sabor agridulce e incluso pensé en obviar la entrada.


Esta entrada pertenece al reto de Cooking the Chef del mes de febrero dedicado a  Ignacio Doménech y a su libro Cocina de recursos, un repaso por la "gastronomía" en España durante guerra y la posguerra
Puedes ver el resto de las recetas participantes aquí 





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6 Comentarios

  1. Que triste historia vivieron nuestros padres, cuantas veces me han contado cosas así y mas profundas que deseaba olvidar... pero ojalá no se olvide nunca y empaticen como has hecho tu para que estas cosas no vuelvan a pasar nunca mas.
    Esta entrada es una fabulosa lección de historia a la vez que tremendamente triste porque nos ha tocado muy cerca.
    Aunque la receta sea tan triste merece ser recordada.
    Felicidades por la entrada.
    Besos.

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  2. Desde luego hay que alabar la imaginación que le pusieron con lo poco que tenían. Esta sopa me parece triste y eso suponiendo que encontraran mantequilla, que lo dudo mucho.

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  3. Muy bien la introducción que has hecho, nos has puesto en contexto .
    Es de admirar el ingenio d'Ignasi Domènech para hacer "bonitos y ricos" platos con los pocos y pobres recursos que había.
    Excelente aportación al reto.
    PTNTS
    Glòria

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  4. Pues porque lo dices tu, pero a simple vista parece una sencilla sopa que seguro debe estar rica. De todas maneras me fío de ti y no la probaré..jeje
    besitos

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  5. Hellou. Darte las gracias lo primero por la intensidad y por la introducción. La verdad es que aunque sabía de todo lo qeu cuentas, nunca había visto una cartilla de racionamiento y tampoco sabía exactamente en que consistía. La cifra de personas que murieron de hambre ó intoxicaciones del 39-42 hace estremecer. Y esto, pasará una y otra vez trás una guerra, o una desgracia climatológica. Debemos dar gracias por personas como el chef José Andrés que se acerca a estos lugares para evitar estas cosas y ofrecer menús, equilibrados para el momento y sin "desigualdad". Sabes en que me hace pensar la sopa? En un intento de bechamel con un poco de sabor por los cominos. La harina llena el estómago, la mantequilla se acerca a un sabor delicioso y el pan llena también. Sé que no te gustó pero seguro que si tuvieras hambre encontrarías que la has hecho muy buena. Mil gracias.

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  6. A mi también me ha hecho pensar en una bechamel muy clarita con sabor a comino. Pues, bueno, no la he probado, pero realmente estaba tan mala? No tiene pinta de eso.
    Todo lo que has escrito, lo he leído como desde un sentimiento de tristeza muy intenso. Pero piensa en Ucrania, en los lugares terribles de lucha, donde aún hay refugiados que no se han querido ir o no han podido marchar. Su supsistencia ha de ser tan terrible como la que pasaron aquí y pienso en esos países olvidados de. África (porque no interesan a nadie?) Dónde prima la riqueza, a qué hay en sus tierras a los que mandan, que la nula supsistencia de sus pobladores, que no les queda otra que refugiarse y huir a otros países donde a lo mejor es peor. Ver a esos pequeños desnutridos por la desidia y la avaricia de unos pocos. Y los llamados "países ricos" pasando de ellos, porque no les interesa. La hambruna existe y es terrible que hoy dia la haya.
    Perdona que me haya extendido, pero no puedo con todo lo que pasa delante de nosotros y, seguirá pasando....

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